29 de mayo de 2011

Aún hay esperanza

Quién diga que no hay esperanza en el mundo se equivoca absolutamente… Yo la vi, es más la viví, y no fui la única. Decenas de rafaeleños y rafaeleñas palpamos la esperanza la noche del Jueves Santo más reciente. Los jóvenes de nuestra parroquia, tomaron el Templo en el cierre de la Velación a Jesús Sacramentado, posterior a la Misa de la Cena del Señor. Voces, danza, armonía, celebración, todo en honor a Nuestro Señor Jesucristo.

¿Por qué es este acto esperanzador?  Aunque no se fuera seguidor de Cristo, ver a todos esos jóvenes reunidos, gozando de lo lindo, en un ambiente sano, pensando en un objetivo común y compartiendo momentos especiales con los demás… Como dice el anuncio, no tiene precio. Esto jóvenes vivieron su fe motivados por la buena noticia que se les regaló como un don. La buena noticia que debería contagiarnos de amor a todos, como lo hiciera esa noche con los chicos y chicas que acudieron a la actividad.

Que no se diga que no podemos tener confianza en que nuestro mundo será mejor. Dios no deja de tener fe en los seres humanos, por qué entonces nosotros la perdemos.  Seamos propagadores de buenas noticias y no de malas. “Re-acostumbremos” nuestros ojos a las buenas noticias y dejemos que las televisoras, los periódicos y la radio sigan con las malas. Luchemos por cambiar el mundo, hay esperanza, lo dicen los jóvenes de San Rafael.

Semana Santa 2011 -Jueves Santo-

.La oración unió a los jóvenes.Jesús Sacramentado toca a tu puerta.Una noche radiante¡Jesús es digno de alabanza!La danza estuvo presenteDanza para Dios
Danza para DiosDanza para DiosTestimonios de la buena nuevaPresentación artísticaPresentación artísticaPresentación artística
Su voz hizo resonar el cieloDanza para DiosEl templo estaba llenoNo es un fenómeno es el poder de Dios actuandoEra tarde y la gente no se ibaLa comunidad se volcó hacia Jesús
Y seguía la danza.. nadie se va

Semana Santa 2011 -Jueves Santo-, un álbum en Flickr.

Una muestra de que la juventud rafaeleña está tomada por el Espíritu Santo, y su testimonio arrastra.